Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras: En las obras de tus manos me gozo. Salmos 92:4
Somos, Caleb y Janed; Salvos, hijos de Dios y obra de sus manos.
Desde nuestra niñez, e incluso hoy. El Señor nos ha guiado hasta encontrarnos, y gracias a ese cuidado tenemos la oportunidad de poder gozarnos, por cuanto el Señor nos ha alegrado.
Damos Gracias por el gran amor que compartimos, esperando que el Señor nos permita pasar el resto de nuestras vidas uno pegado al otro. Amandonos, y amándolo a Él, el cual nos dio la vida diciendo:
Jehová cumplió* por mí: Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No dejarás la obra de tus manos. Salmos 138:8